¿Tienes movilidad reducida? ¿Comparte tu vida con alguien que tenga movilidad reducida? Si la respuesta a cualquiera de estas preguntas es afirmativa, entonces sabes de lo que hablo. Si la respuesta es «sí, desde hace poco», entonces te voy a contar cómo conseguir una vivienda adaptada para discapacitados o con movilidad reducida y que consigan mantener algo muy valioso: su autonomía e independencia.
En España viven casi cuatro millones de personas con algún tipo de discapacidad, de los cuales un porcentaje importante tiene movilidad reducida. Si a esto le sumamos que nuestra población está cada vez más envejecida, nos encontramos con un gran número de hogares en los que se convive con personas con movilidad reducida. Son personas que tienen unas necesidades específicas en cuanto a la habitabilidad de las viviendas, y en pocas ocasiones se encuentran soluciones habitacionales con éstas ya resueltas. ¡Por ello es tan necesario la adaptación de una vivienda para una persona con discapacidad!
Cada vez hay más estudios de arquitectura especializados en llevar a cabo las reformas necesarias para adaptar las condiciones de la vivienda. Evidentemente, en cada caso se analizan las necesidades concretas que deben tenerse en cuenta y se realizan diseños personalizados. El objetivo es que estas personas puedan mantener el máximo grado de autonomía posible y con la máxima seguridad, sin olvidar la calidez y el confort que cada uno desee para su hogar.
Esta pequeña guía puede servir para hacer un repaso de las principales áreas a tratar.
Una vivienda adaptada para discapacitados debe eliminar las barreras
El primer factor determinante es posibilitar el acceso a todas las áreas de la vivienda. Si la vivienda tiene varias plantas, trataremos de ubicar a la persona en la planta baja. De lo contrario, se hace indispensable la instalación de elevadores. Deberemos asegurarnos de que la anchura de todas las puertas es de, al menos, 80 cm. para que las sillas puedan pasar sin problema. También en los pasillos y puntos de giro debe haber espacio suficiente para el tránsito y la maniobrabilidad de la silla. Es recomendable colocar puntos de sujeción en las paredes que puedan usarse para mantener el equilibrio, si es necesario, y elegir un suelo antideslizante.
Una cocina a su medida
La cocina es un punto clave para que pueda mantenerse cierta independencia y un punto crítico a nivel de seguridad. Los espacios deben ser amplios para permitir la movilidad con la silla y la altura de los muebles debe permitir que se acceda cómodamente a los objetos en su interior; además, los utensilios más utilizados deben estar colocados en las zonas más accesibles. La colocación de fregadero y fogones (preferiblemente eléctricos) debe tener también en cuenta la altura máxima que resulte cómoda desde la silla.
Adaptar la vivienda para personas con movilidad reducida también incluye los cuartos de baño
Es otro de los puntos que entraña mayores riesgos. Hay que adaptar todos los sanitarios y dejar suficiente espacio libre para los giros, evitando todo tipo de obstáculos. La grifería monomando es la más adecuada por su sencillo manejo. Es fundamental la elección de un suelo antideslizante, tanto en seco como mojado. Se deben tener en cuenta las alturas recomendables para los elementos complementarios como toalleros, portarrollos…
Elementos de interacción
Elementos como pomos, enchufes, interruptores, etc., pueden suponer enormes dificultades para una persona con movilidad reducida. Por eso, en una vivienda adaptada para discapacitados, debemos instalar en las puertas pomos bajos y fáciles de operar para facilitar el acceso a todas las estancias. Los enchufes deben estar bien asegurados y colocados a cierta altura (mínimo 40 cm. del suelo) pues debemos prever que la persona con movilidad reducida tendrá dificultades para agacharse. Por el contrario, los interruptores no podrán colocarse a una altura que resulte inalcanzable y, preferentemente, deben contar con un testigo luminoso para que resulte sencillo localizarlos en la oscuridad.
Las viviendas para personas con movilidad reducida incluyen la seguridad
Es aconsejable dotar a la vivienda de elementos que garanticen la seguridad de la persona en caso de accidente. Instalación de detectores de humo, alarmas accesibles, alarmas personales, detectores de fugas de agua o localización de fallos eléctricos…
La domótica facilita mucho la vida de las personas con movilidad reducida
Los avances de la tecnología han supuesto múltiples ventajas para facilitar autonomía y calidad de vida a las personas con movilidad reducida, aunque ciertamente su elevado coste puede ser una barrera para su instalación. Sin embargo, hacen posible que se manejen cómodamente múltiples aspectos de la vivienda: control de los sistemas de seguridad, acceso a las posibilidades de comunicación (teléfono, acceso a internet, televisores inteligentes…), automatismos en puertas, ventanas, persianas, toldos, cerraduras o, incluso, electrodomésticos y también gestión eficiente de la energía: climatización, iluminación, programas según rutinas horarias…
El consejo de mamá: consulta con profesionales especializados en viviendas para personas con movilidad reducida
Si estás pensando realizar una reforma de estas características, consulta con profesionales especializados y busca asesoramiento para no olvidar ningún punto crítico en el proyecto. Además, en múltiples comunidades autónomas existen ayudas destinadas a sufragar una parte de los gastos. Infórmate en la Consejería de Vivienda de tu comunidad de los requisitos y plazos para acceder a las subvenciones antes de iniciar el proceso de reforma. Y cuando empiecen las obras, ármate de paciencia pero mantén el foco. ¡El resultado supondrá una importante mejora en vuestra calidad de vida!
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