Encuentros AGV
Que nos encontramos en un momento clave como sociedad es algo evidente, pero no por los retos ya afrontados -que han sido enormes- sino por cómo queremos que sea la nueva sociedad que estamos construyendo. ¿Somos conscientes de la nueva oportunidad que se nos está dando? ¿Estaremos a la altura? ¿Cuál es el papel que el sector inmobiliario -en general- y las gestoras de cooperativas de viviendas -en particular- van a tener en este gran desafío?
Aunque te creas que es el resumen del guion de una película de Steven Spielberg, nada más lejos de la realidad. Se trata del tema central sobre el que gira el segundo Encuentro AGV organizado por LACOOOP, y que tuvo lugar el pasado 16 de abril en el entorno de profesionalidad, excelencia y practicidad que caracteriza a los que saben de verdad.
La patronal de la Asociación de Gestoras de Viviendas recibía con los brazos y oídos bien abiertos a Consuelo Villanueva, directora de Instituciones y Grandes Cuentas de la Sociedad de Tasación. Sus palabras han vuelto a confirmar que la experiencia de las gestoras de cooperativas además de gustar ¡es necesaria!
Una vez que te he introducido el asunto a tratar con el glamur y sofisticación de una madre, te diré que nos encontramos ante un momento revolucionario para la construcción sostenible de nuestras ciudades en el que hay grandes ejes de actuación y muchos millones de euros para acometerlas, pero hace faltan manos y mentes brillantes para hacer las cosas bien. ¡Tú eres una de ellas!
Y es que el momento de remangarse la camisa, bajar al barro y lidiar con la reconversión urbanística – “naval”, diría Carlos Cano, otro de los grandes – es ahora.
Sí, el momento de definir qué va a hacer cada país para cumplir los objetivos de Desarrollo Sostenible para la construcción de ciudades y asentamientos humanos inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles ha llegado.
Y, lo más importante, el momento ha llegado acompañado por paquetes de ayudas europeas multimillonarias e inimaginables hasta ahora.
En concreto, el Fondo Next Generation de la Unión Europea va a aportar a España más de 140.000 millones de euros entre 2021 y 2026 de ayudas en torno a las tres nuevas erres: rehabilitación, regeneración y renovación urbanas. ¡Quédate con ellas porque son la llave al cambio!
En palabras de Consuelo Villanueva, la importancia de las tres erres se debe a que “el suelo es finito y no suele estar situado en aquellos puntos de tensión de demanda. Por lo tanto, tenemos un problema y es que no podemos seguir depredando el territorio porque no lo hay, tenemos que mirar hacia toda la parte construida”.
Según Villanueva, “es una oportunidad que no debemos dejar pasar para transformar la economía de nuestro país y poner en marcha programas de infraestructuras muy grandes, que no se podrían acometer de otra manera”.
Con el fin de estructurar estas ayudas sin precedentes dirigidas a tomar medidas eficaces en la construcción global del futuro y que incidan positivamente, entre otras cosas, en el medio ambiente y en nuestra calidad de vida, se ha creado un Plan Nacional de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España estructurado en 4 ejes, 10 políticas y 30 proyectos.
Lo de los ejes es importante porque, en palabras de Consuelo Villanueva, “todos los proyectos que sean financiables al final van a tener que incidir en alguno de estos cuatro ejes y, si no, están fuera de esto: Transición ecológica, Transformación Digital, Cohesión Territorial y social e Igualdad de Género. La Transición Ecológica es la que incide directamente para nosotros en el sector inmobiliario por ese parque obsoleto de viviendas que tenemos actualmente. Y la Cohesión Territorial y Social también, porque este Plan llega a toda la Geografía e incide también a través de la Transformación Digital en la famosa España vaciada y las ciudades de menos de 5.000 habitantes”.
Lo de las palancas también es importante tenerlo claro si queremos saber cuál es la que afecta al sector inmobiliario. Consuelo Villanueva tuvo la amabilidad de desvelarlo a un público que, aunque probablemente ya sabía que se trata de la Agenda Urbana y Rural, también lo es que desconociese que “tiene una dotación inicial de 5.300 millones de euros”, según confesó la directora de la Sociedad de Tasación.
La cosa no se acabó ahí porque, tras revelar esta millonaria cifra, remató diciendo “y digo inicial porque luego hay otras dotaciones como un Plan de Alquiler de Viviendas asequibles con otros 1.000 millones y otros 1.000 millones más para renovación de edificios de la Administración General del Estado”.
Y aquí es cuando llega el reto: ¿quién va a bajar al barro a gestionar todo esto?
Indiscutiblemente, tiene que ser gente que se sepa lo que está haciendo, que tenga experiencia gestionando proyectos inmobiliarios. Además -tal y como apuntó Villanueva- la Ley de Suelo establece que para gestionar las obras puede intervenir “…además de las comunidades y agrupaciones de comunidades de propietarios, las cooperativas de vivienda constituidas al efecto, los propietarios de construcciones, edificaciones y fincas urbanas, los titulares de derechos reales o de aprovechamiento, y las empresas, entidades o sociedades que intervengan en nombre de cualesquiera de los sujetos anteriores”.
Señores, aquí hay un tema muy claro: la Administración se enfrenta a un reto enorme que sin la colaboración privada está condenada al fracaso. Además, podríamos hacer un ridículo estrepitoso en la comunidad internacional si, después de toda la pasta que nos van a soltar, la cosas no se hicieran bien.
Consuelo Villanueva lo ha expresado muy bien al decir que “puede haber una palabra muy interesante que es la colaboración. Probablemente un sólo agente o actor no sea capaz de llevarlo a cabo”.
De aquí se desprende que, a la misión inicial de las gestoras de cooperativas -lideradas por la Asociación de Gestoras de Viviendas- de construir casas a precio de coste, se suma ahora la de aportar sus altos conocimientos en la gestión de proyectos inmobiliarios para coordinar tantos las actuaciones en materia de rehabilitación, renovación y regeneración urbana, como a los equipos que las lleven a cabo. ¡Una ardua tarea que requiere la experiencia de los mejores!
Según Villanueva, “lo que si tenéis las gestoras de cooperativas es una experiencia muy grande en gestión de personas, de conjuntos complejos. Eso es una aportación que no tiene nadie, es una colaboración privilegiada para alguien que también sea experto en alguno de los temas que a lo mejor las cooperativas se les queda en el aire. La colaboración quizá sea interesante para llevar a cabo proyectos grandes, cada uno con su expertise”.
Y, si además de ser un buen gestor, tienes mente de empresario, te habrás dado cuenta de que aquí hay negocio.
Yo lo veo claro. ¿Y tú?